jueves, 28 de febrero de 2008

Harguindeguy se negó a declarar

BASTA DE PRIVILEGIOS!!!


SEGUN EL DICCIONARIO: Privilegio. es el honor o el permiso para realizar una actividad garantizado por otra persona o gobierno. ¿¿¿???

ACASO ESTOS MILICOS MERECEN TANTO???????????

El ex ministro del Interior de la última dictadura Albano Harguindeguy se negó a declarar ayer ante la Cámara Federal de La Plata, que lo había citado en el marco del Juicio por la Verdad por la desaparición de Carlos Esteban Alaye, hijo de la subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Adelina Dematti. “No esperaba otra cosa. Si hubiera querido hablar o decir algo lo hubieran hecho en su momento”, consideró la funcionaria y Madre de Plaza de Mayo de 80 años, 'Tenemos exactamente la misma edad Harguindeguy y yo. Yo y mis compañeras estamos sanas espiritual y físicamente a pesar del dolor. Y él es un decrépito que además finge estar peor de lo que está',
Harguindeguy ingresó custodiado. Escuchó los testimonios que lo vinculaban al caso y manifestó que prefería no declarar. Adujo que no podía entender los relatos que le habían leído y que no había tenido tiempo de hablar con la defensora oficial. “Fueron tan ‘valientes’ para hacer lo que hicieron y ahora no pueden asumirlo, buscan dar lástima”, lamentó Dematti. “Nosotras, Madres y Abuelas, algunas con más de 90 años, seguimos buscando sin tregua”, agregó. Su hijo Carlos, de 21 años, fue secuestrado el 5 de mayo de 1977 por un grupo de marinos acompañados por civiles de la Concentración Nacional Universitaria (CNU). Era obrero metalúrgico, estudiaba psicología y militaba en Montoneros. Presuntamente fue trasladado al centro clandestino La Cacha.
Harguindeguy, jefe de la Policía Federal hasta el golpe de Estado y ministro del Interior hasta 1981, está detenido desde hace diez días por el secuestro de los empresarios Federico y Miguel Gutheim. Gracias a sus 81 años goza de arresto domiciliario en su casa de Los Polvorines.

Carlos Esteban Alaye
Desaparecido el 5/5/77
Carlos tenía 21 años. Creció en Azul, donde su mamá, Adelina Dematti de Alaye, fue maestra del Jardín 901. Estaba casado con Inés Ramos quien estaba embarazada de Florencia (actualmente de 30 años) que nació después de su desaparición y vive en mexico con su madre.
Inés Ramos era estudiante de psicología, obrero metalúrgico, delegado gremial y militante de Montoneros. Sus apodos eran "Laucha, Ratón, Néstor"
Fue secuestrado el 5 de mayo de 1977 por fuerzas presumiblemente de la marina con personal civil perteneciente al agrupamiento C.N.U. Un grupo de personas armadas se apostaron en la cuadra de las calles Bossinga y México de Ensenada.
A eso de las 19 horas, Carlos pasó en bicicleta, en camino del trabajo a su casa. Uno de los secuestradores lo paró y le pidió fuego. Al parar, Carlos lo reconoció y trató de escapar. Ahí lo balearon, lo tiraron en la caja de una camioneta y se lo llevaron. El motivo inmediato de la detención parece ser que su nombre apareció en papeles que tenían María Elvira Luis y su compañero cuando éstos fueron detenidos-desaparecidos días antes.
Fue llevado immediatamente al C.C.D. "La Cacha". Aparantemente estubo allí por un tiempo antes de ser asesinado. La embajada de EEUU, a pedido del senador Tom Harkin, comunicó su preocupación al gobierno de Argentina quien negó que estubiera detenido. Su madre forma parte de la APDH La Plata y Madres de Plaza de Mayo.

(Foto: Adelina de Alaye con la fotografia de su hijo Carlos Esteban Alaye)

JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA....

martes, 26 de febrero de 2008

APARECIÓ MUERTO EL MILITAR NAVONE, ACUSADO POR ROBO DE BEBES

APARECIÓ MUERTO EL MILITAR NAVONE, ACUSADO POR ROBO DE BEBES

Tiros que acallan a un represor
El teniente coronel Paul Alberto Navone, quien debía prestar declaración indagatoria en la causa por robo de bebés en Entre Ríos, apareció muerto con un tiro en la sien en Córdoba. La fiscalía calificó el hecho como “averiguación de suicidio”.
La noticia debió ser un nuevo capítulo de las causas sobre el destino de los niños nacidos en cautiverio durante la dictadura. Sin embargo, una vez más, terminó siendo un hecho policial con posibles ecos políticos. El ex agente de Inteligencia Paul Alberto Navone apareció muerto en un hotel de la Fuerza Aérea, en la localidad cordobesa de Ascochinga, con un disparo en la sien. Este teniente coronel tenía que presentarse ayer Lunes 25/2 a prestar declaración indagatoria acusado por su supuesta actuación en la sustracción de bebés nacidos en el Hospital Militar de Paraná. La fiscalía calificó el hecho como “averiguación de suicidio” y trascendió que Navone le habría comunicado a uno de sus hijos su intención de quitarse la vida. También habría dejado una carta a la familia. “Creo que sabía mucho sobre el destino de los niños nacidos en ese hospital, era como la punta de un iceberg”, dijo a Página/12 Guillermo Germano, coordinador del Registro único de la Verdad de Entre Ríos y querellante en la causa.
Al juzgado de Myriam Galizzi llegaron certificados médicos en los que constaba que Navone, que era diabético, habría padecido un pico de glucemia. Por eso la magistrada no ordenó su detención ante el faltazo, tan sólo le fijó una nueva audiencia para interrogarlo el 3 de marzo
El cuerpo del represor fue encontrado a las 10.15 en los jardines del hotel Parque que la Fuerza Aérea tiene en la zona serrana al norte de Córdoba, a 55 kilómetros de la capital provincial. Habría aparecido con un disparo a la altura de la sien, de un calibre 9 milímetros, con orificio de salida en la zona izquierda de la cabeza, según describió una fuente con acceso al informe que elaboró la comisaría de La Granja, con la intervención de la fiscalía de instrucción de Maria Dimeglia. Al parecer, Navone tenía un emprendimiento gastronómico en ese hotel y vivía en La Granja. En la carta a sus familiares les agradeció por “los momentos vividos” y aclaró que se trataba de “una decisión personal”.
La expectativa por la declaración de Navone estaba puesta en la posibilidad de que aportara datos sobre lo sucedido con los hijos mellizos de Raquel Negro, que permanece desaparecida. El 27 de noviembre, el represor Eduardo “Tucu” Constanzo aseguró ante la jueza Galizzi que Navone integró el grupo de tareas que trajo a Negro desde Rosario a Paraná para dar a luz, y permaneció con ella durante su cautiverio en 1978.
La versión de Constanzo es que uno de los bebés, el varón, nació muerto, pero esto se contradice con los testimonios de ex trabajadores de una clínica de pediatría de Paraná, donde habrían ingresado los mellizos. De todos modos, el niño tenía serios problemas de salud que le habrían causado la muerte a los pocos días. Según el mismo relato, la niña fue dejada en la puerta de un convento u orfanato de Rosario, en un operativo realizado por otros represores. Las enfermeras del Hospital Militar los anotaron con los nombres de Facundo y Soledad López
Constanzo nombró a Walter Pagano, ex agente civil de inteligencia del Ejército, y al teniente coronel retirado Daniel Amelong. La hipótesis es que todo el procedimiento, que terminó con el asesinato de Raquel Negro y la apropiación de sus hijos, fue coordinado por quienes eran los máximos jerarcas de la represión ilegal en esa región: Leopoldo Fortunato Galtieri, Juan Carlos Ricardo Trimarco y Ramón Genaro Díaz Bessone.
Raquel Negro, María en el libro de Miguel Bonasso Recuerdo de la muerte, pasó por la Quinta de Funes y luego de parir fue llevada por Navone y el teniente coronel Marino González al campo La Intermedia, aunque habría llegado muerta en el baúl de un auto, desnuda y envuelta en una bolsa plástica, según el relato de Constanzo. La mujer habría sido arrojada al mar, junto a los otros 14 detenidos que vinieron de Funes, en uno de los vuelos de la muerte.

“Hoy, más que nunca, volvemos a decir que la impunidad sólo genera más impunidad. Es vergonzoso pensar que a casi 32 años del Golpe de Estado Genocida no exista ningún responsable procesado y detenido por los crímenes atroces cometidos en nuestra provincia. Exigimos que las autoridades judiciales se pongan a la altura de la circunstancias y no permitan que cosas como estas sigan pasando”
cárcel común, perpetua y efectiva a los genocidas y sus cómplices” y “restitución de la identidad de nuestros hermanos apropiados”
“La única seguridad para el Pueblo argentino es que los responsables y cómplices del secuestro, tortura, desaparición y secuestro de bebés sean juzgados y condenados”.
JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA!!!!!!!

lunes, 25 de febrero de 2008

Ole ole ... ole ola ...


Otro ex agente de Inteligencia a declarar por el robo de bebés La Justicia federal de Paraná citó a declaración indagatoria al ex teniente primero Paul Alberto Navone, para que comparezca el lunes 25 en el marco de la causa por apropiación de bebés nacidos clandestinamente en el hospital Militar de esta capital y la sustitución de su identidad. Navone podría aportar datos sobre qué sucedió con los hijos mellizos de Raquel Negro –hoy desaparecida– ya que, según declaró el ex represor Eduardo Tucu Constanzo, integró la patota que la trajo desde Rosario a dar a luz en Paraná y permaneció con ella durante el cautiverio en la institución de avenida Ejército, durante la última dictadura militar. La participación de este ex agente de Inteligencia fue relatada por el Tucu Constanzo en su declaración del 27 de noviembre. Otro de los nombres que dio fue el de Marino González, teniente coronel, quien también habría integrado el grupo de efectivos que trajo a Raquel Negro. Por este motivo, se espera que el próximo llamado a indagatoria sea a este otro integrante del área de Inteligencia del Ejército. Constanzo, en sus recientes declaraciones a la prensa ante una consulta sobre quiénes trabajaron en el centro clandestino de detención de Rosario La Calamita, dijo: "El que manejaba todo ahí era el teniente coronel Marino González, que vive en Santa Fe, alias Pepe" La Justicia federal espera que de las manifestaciones de ambos puedan surgir datos sobre cuál fue el destino final de los bebés mellizos de Raquel Negro. La versión de Constanzo es que uno de los bebés –el varón– nació muerto, aunque esto se contradice con testimonios de ex trabajadores de una clínica privada de neonatología de Paraná, donde habrían ingresado los dos nenes, aunque el varón padecía serios problemas de salud que no habría podido superar. La niña –según el mismo relato– fue dejada en la puerta de un convento u orfanato de Rosario, en una acción por la cual responsabilizó a Walter Pagano, ex agente civil de Inteligencia del Ejército, y el teniente coronel retirado Daniel Amelong. Se sostiene que todo este operativo, que terminó con el asesinato de Raquel Negro, fue coordinado por quienes eran en esos momentos los máximos jefes de la represión ilegal en la región: Leopoldo Fortunato Galtieri, Juan Carlos Ricardo Trimarco y Ramón Genaro Díaz Bessone. Hay que recordar que el traslado de Negro a Paraná se realizó mientras se desarrollaba la denominada Operación México, por la cual el marido de ella, Tulio Tucho Valenzuela, también detenido, debía viajar a México y asesinar a la cúpula de Montoneros. A pesar de que su mujer permanecía de rehén en manos de Galtieri y el resto de los represores, Valenzuela, una vez en México, desbarató la operación y denunció públicamente las graves violaciones a los derechos humanos que se cometían en los centros clandestinos de detención de la zona de Rosario. Valenzuela también está desaparecido. Raquel había estado casada con Marcelino Alvarez, quien había desaparecido en 1976. Tenía un hijo de 12 años, Sebastián. Su actual pareja era Edgar Valenzuela, un jefe montonero, de quien esperaba un bebé. El 2 de enero de 1978, Raquel, Sebastián y Edgar fueron secuestrados en el centro de Mar del Plata. El mismo día fueron llevados al CCD "La Quinta" de Funes, en los alrededores de Rosario, Santa Fé, donde estaba arrestada clandestinamente casi toda la cúpula regional de Montoneros. Sebastián fue devuelto en algún momento a sus abuelos. El destino de Raquel se desconoce. Teniente Coronel Juan Daniel Amelong Responsable de la detención-desaparición de Raquel Negro (embarazada) y de su hijo, así como del secuestro y torturas a la docente Adriana Arce. Jefe de Operaciones (secuestros) y torturador del destacamento Inteligencia 121 (Rosario). Se desempeñó en los campos de concentración Granadero Baigorria, Quinta de Funes y Fábrica Militar de Armas Portátiles Domingo Matheu, ubicada en Ovidio Lagos al 5.200 de Rosario. Estuvo a cargo de la Quinta de Funes, que los militares alquilaron a la familia Fedele en octubre de 1977, como “lugar de descanso” (Denuncias que constan en el Centro de Estudios Legales y Sociales). El 29/7/87 la Cámara Federal de Rosario lo desprocesó y lo puso en libertad por aplicación de la ley de Obediencia Debida. Hasta hace unos años fue dueño de la empresa inmobiliaria “Isidori & Amelong”, ubicada en la calle Corrientes al 1100, en pleno centro de Rosario. Hoy es abogado, VIVE EN La República 8346 Y SU TELÉFONO ES 4513149 (Rosario).

domingo, 17 de febrero de 2008

LA JUSTICIA SE EMPIEZA A SENTIR

Foto de María Eugenia Sampayo Barragán, su abuela Azucena Flora de Barragán y su hermano Gustavo Rojas.

Leonardo y Mirta (padres de Maria Eugenia Sampallo Barragan) fueron secuestrados de su domicilio el día 6 de diciembre de 1977.
Mirta estaba embarazada de 6 meses.
En el momento del secuestro también se encontraba junto a ellos el hijito del primer matrimonio de Mirta, Gustavo Rojas de 3 años, quién fue entregado por intermedio de la policía a su abuelo paterno, luego de estar más de 25 días desaparecido.
El matrimonio fue visto en el Club Atlético. Según testimonios de sobrevivientes, Mirta fue llevada a otro lugar para dar a luz.
En julio de 2000 María Eugenia, teniendo dudas sobre su identidad y creyendo que podía ser hija de desaparecidos, se presentó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Co.Na.D.I.) y luego a Abuelas de Plaza de Mayo. Se analizó en el Banco Nacional de Datos Genéticos del Hospital Durand y en julio de 2001, se confirmó que María Eugenia es la hija de Leonardo Sampallo y Mirta Barragán. Su caso se resolvió a través de la Co.Na.D.I. y de esta forma María Eugenia pudo conocer la historia de sus papás y reencontrarse con su abuela, sus tías y su hermano Gustavo.

Para el 19 de febrero está previsto el inicio del proceso oral contra el capitán Enrique Berthier y los civiles Osvaldo Rivas y María Gómez Pinto que se los imputa haber participado en la sustracción de María Eugenia de las manos de su madre y su padre, y de haber participado en su ocultación y retención. También se los acusa de haber participado en la falsificación ideológica de la partida de nacimiento con la que se inscribió a María Eugenia como su hija biológica y con la que se obtuvo su documento nacional de identidad falso, suprimiendo así el estado civil y la identidad de María Eugenia. A Enrique José Berthier se lo acusa de los mismos delitos, así como también de haber participado en la falsificación ideológica del certificado de nacimiento suscripto por el médico militar Julio César Cáceres Monie.

miércoles, 13 de febrero de 2008

"Me quedé sola" Elsa Sánchez viuda del escritor y periodista Héctor Germán Oesterheld



Elsa Sánchez, viuda del escritor y periodista Héctor Germán Oesterheld "Me quedé sola" Hace 20 años perdió a toda su familia. Ahora dice que la mantiene viva su nieto, que volvió del horror. En ella conviven la vida y la muerte. La muerte la endurece, le quema las pasiones, le hace decir: "Yo me opuse a todo". La vida la fuerza a odiar y a levantar la frente. Se le quiebra la voz al clamar: "¡Cómo pudieron hacernos esto!". "Yo no tengo 62 años sino 700. En mí se resume la historia de este país. El daño que me hicieron es una síntesis del mal de la Argentina", dice y suspira largamente A Elsa no se le cae una lágrima durante más de cuatro horas de entrevista Al fínal dirá que tiene "un día negro, hija mía, ya estoy cansada de vivir entre los ausentes, siempre para los demás". Hace 20 años que mastica la misma bilis en la cena y el desayuno. Ya pasaron veinte años desde que los relojes se detuvieron y el Ejército se llevó a nueve miembros de su familia, hizo nacer a dos bebés en cautiverio para robárselos y le devolvió dos nietos y un cadáver, el de Beatriz. Los restantes nunca regresaron, ni vivos ni muertos.Cuando el pasado amenaza con poner en peligro su compostura, su voluntad a prueba de desazones la levanta del sillón y muestra la foto de Tomás, su bisnieto de un año, la luz de sus últimos días, que le trae a la memoria la otra luz de los primeros días: cuando a Oesterheld le bastaba su amor para darle sentido a la vida. La edad dorada en la que Héctor sembraba flores en el jardín del chalecito californiano, frente a las vías de Beccar. Cuando Estelita se sentaba en la falda del padre y le pedía que le dibujara: "Papu, dibucitos". Cuando Diana escribía, Beatriz era la chica más alegre del barrio y Marina se convertía día a día en el fiel retrato de su padre. Todo era ruido y acción en esa casa que Oesterheld bautizó "de la familia Conejín". Hoy todo es silencio despojado en el departamento que Elsa ocupa en los límites de Belgrano. Pocos muebles, poca gente y nada de flores. De pronto, Elsa trae una escalera, se trepa, abre las puertas de un placard, y la familia en pleno cae sobre nosotras como una cascada helada: óleos pintados por Estela, reproducciones de esos cuadros en pósters que interrogan por el destino de los niños desaparecidos, originales escritos por las manos de Héctor, fotos del vals de los quince que bailó Marina, los poemas de Diana, el libro que las dos mayores dibujaron y escribieron algún Día de la Madre... Y sobre la mesita de luz, Héctor todos los días vuelve a besarla en una foto. "No tenés idea de las cosas por las que he pasado... Yo trabajaba como secretaria del directorio de un banco y, mientras mi familia se extinguía, delante de mi escritorio pasaban el general Albano Harguindeguy y José Alfredo Martínez de Hoz, me saludaban como si no pasara nada, y tenia que fingir, porque también mi vida corría peligro. ¿Sabés qué fue lo que a mí me salvó? Que yo no sabía nada. Cuando mi familia empezó a militar en Montoneros, yo a todo les decía que no y eso generó muchos conflictos. Entonces me fui quedando sola, ya no me contaban nada y todos se refugiaron lejos de casa. El 10 de setiembre de 1976 creí que venían por mí, pero me equivoqué. Un comando del Ejército tiró una bomba en el palier de casa, me gritaron con un megáfono, me empujaron contra la puerta del garaje y preguntaron por Héctor, 'el judío'. Les dije que descendía de un estanciero alemán que se había radicado en San Nicolás, pero y si era judío, ¿qué? Y que nos habíamos separado un año antes. Con la misma tranquilidad con la que te lo cuento, le aclaré: 'Mire, no tengo la menor idea de lo que busca, pero acá no lo va a encontrar. Si quiere revisar, hágalo, pero yo soy una señora, respete mi casa'. Se quedó duro y no rompieron nada. Siempre recuerdo que Héctor miraba a los jóvenes y que querían un mundo mejor y exclamaba: 'Estos chicos son maravillosos'. Y yo le contestaba: 'Hasta ahí vamos bien, pero no podemos dejar que se expongan'.Si me hubiera escuchado..." "Si no hubiera sido por mi nieto Martín, al que yo crié cuando lo devolvieron, no hubiera seguido viviendo. Ya todo me daba igual. No seguí adelante por coraje sino por indiferencia. Cuando me di cuenta de que era el final, ya no me importó nada. Por eso, aunque no vaya a las marchas, entiendo la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo: sólo la desesperación te lleva a soportar las peores humillaciones." Igual que otras desaparecidas, sus hijas Diana y Marina dieron a luz en cautiverio y teme que se irá de este mundo con la angustia de no conocer jamás a sus dos nietos menores. Al menos, cuando puede, Elsa se permite una emoción: va a algún recital de León Gieco para sentir que aún late entre los jóvenes el espíritu de sus cuatro hijas.

sábado, 2 de febrero de 2008

BUSCO A MI HERMANA lauraymarianajuntas@yahoo.com.ar


"Soy Laura, hija de Nora Susana La Spina y Jorge Nestor Cena. Nuestros padres fueron secuestrados por la dictadura militar entre el 15 y 20 de Noviembre de 1976 en La Plata, en calle 34 entre 13 y 14. Mamá estaba embarazada de vos y esa misma noche naciste en una comisaría. Tres días pasaste con ella, mamá te puso el nombre de Mariana, que es tu verdadero nombre. Luego te llevaron y nunca más supimos nada de tu paradero. Nuestros padres están desaparecidos. Yo te busco desde hace años, sos mi única hermana y mi deseo es que estemos juntas. Quiero que sepas que tenés una familia que te espera y te ama, y a pesar de que nunca te vimos sabemos que estás viva. Ojalá que si alguien sabe algo de vos nos ayude a encontrarte. Si hay algún dato, por mínimo que sea, por favor escribir a lauraymarianajuntas@yahoo.com.ar"

Nora La Spina y Jorge Cena eran delegados en la fábrica SIAP, hasta que el 25 de marzo del '76 la planta fue tomada por el Ejército. Desde ese día, pasaron a la clandestinidad. p Nora estaba embarazada de nueve meses cuando fue secuestrada y, de acuerdo a la ex detenida Silvia Davis, dio a luz una niña en la Brigada de Investigaciones de La Plata. También fue vista en el C.C.D. Guardia de Infantería.

Al sacarle a la niña, le dijeron a Nona que se la llevaban a la Casa Cuna, pero la familia nunca pudo encontrarla. A principios de 1977, los abuelos recibieron un llamado anónimo que decía que Nora le había puesto el nombre Mariana, pero nunca supieron nada más.

El cuerpo de Jorge apareció en Boulogne junto al de otros compañeros en 1985.