viernes, 4 de enero de 2008

EXILIO



Recuerdo que mi papa llevaba comida y ropa a las familias de sus amigos ... pero sus amigos no estaban, recuerdo que mi mama llevaba dinero a las familias de sus amigas ... pero sus amigas no estaban, intentaban sostener, contener y mantener viva la esperanza de familias rotas e incompletas, pero las amenazas constantes no lograron detener su espíritu solidario. El replanteo, los miedos, las lágrimas, sus tres hijos de dos, tres, y cuatro años, el temor, obligo a mi papa a armar su mochila y a viajar sin previo aviso, de golpe nos habíamos convertido en una familia separada por el exilio, a pesar de eso mi madre seguía ayudando y mi padre a la distancia también lo hacía, un año más tarde nosotros también hicimos los bolsos y dejando la casa llena de historia y vida… nos fuimos. Al comienzo el exilio no nos trato bien, la miseria el hambre y la discriminación por ser “sudacas piojosos” nos desalentó pero estábamos juntos y no teníamos opción, nuestros afectos nos pedían a gritos volver, pero el precio era demasiado alto, logramos instalarnos en ese nuevo país, conocimos gente, escuelas, clubes, amigos, que aun sigo extrañando sigo extrañando, cuando llego la democracia a la Argentina regresamos sin dudarlo, mis abuelos habían muerto en su vejez, las familias de mis amigos estaban en otros piases, los amigos de mis padres seguían sin aparecer, los afectos que nos esperaban nos abrazaron y otra vez volver a empezar entre la miseria y la discriminación por tener un acento extranjero... logre encontrar la manera de expresar todos los sentimientos que esta vida me hizo conocer, me convertí en una actriz, escritora, músico y pintora , sin olvidar el espíritu solidario que herede de mis padres, héroes para mí de una herida que aun sangra.

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