viernes, 30 de mayo de 2008

“Querían que nunca nos juntemos”



“Querían que nunca nos juntemos”

LAURA RUIZ DAMERI


Las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron a la nieta n° 90. Nació en la ESMA y fue apropiada por un represor. Sus hermanos estuvieron en ese centro clandestino y recuperaron su identidad en el 89 y 00. Su hermana Victoria cuenta la historia
Silvia Beatriz María Dameri y Orlando Antonio Ruiz fueron secuestrados y llevados a la ESMA. Sus hijos estuvieron con ellos hasta que la patota que manejaba Massera decidió repartirlos. A M.de las Victorias la dejaron en la puerta de un hospital de Rosario y a Marcelo en Córdoba. A Laura, que había nacido en el centro clandestino, se la llevó un represor y la anotó como hija propia. El martes, Laura recuperó su identidad, como lo había hecho Marcelo en 1989 y M.de las Victorias en 2000. “Nos dejaron en provincias distintas para que nunca nos juntemos. Ahora mis viejos, donde estén, pueden descansar tranquilos. Estamos los 3 vivos. No pueden con los Ruiz Dameri”.
Laura se convirtió en la nieta número 90 en ser recuperada por las Abuelas. Recibió el resultado del análisis del Banco Genético que confirmaba su identidad biológica el martes en el despacho de la jueza Servini de Cubría. No había querido sacarse sangre, pero la magistrada ordenó un allanamiento para obtener su ADN. María de las Victorias también estuvo el martes en Tribunales. No habló con su hermana, aunque pudo verla y reconocer el parecido con su mamá. “Por ahora ella no quiere acercarse. Debe estar shockeada, estuvo con un apropiador, que es el mismo que torturó a mi vieja. Yo la voy a esperar el tiempo que quiera”, aseguró María de las Victorias, desde Rosario. En la comunicación telefónica se mezcla la voz de una nena. La hija menor de María de las Victorias, de un año. La mayor tiene cinco. Además, Laura tiene otra sobrina: la hija de Marcelo que nació el martes, el mismo día que ella confirmó que era hija de desaparecidos.
Silvia Beatriz María Dameri y Orlando Antonio Ruiz militaban en Montoneros. Tuvieron a Marcelo en octubre del 76 y meses después se fueron del país. En 1978, en Suiza, nació María de las Victorias. Los cuatro volvieron a Argentina a comienzos de 1980, en el marco de la Contraofensiva. En mayo, fueron secuestrados. Silvia estaba embarazada de cinco meses. Laura nació en la ESMA. Pero creció con otro nombre.
“Me acuerdo del lugar. Las columnas. Me acuerdo de estar atada a una cama elástica muy vieja. Me acuerdo que había mucha gente. Son recuerdos hilvanados”, relató María de las Victorias, que tenía tres años cuando fue a parar al centro clandestino. Cuando los represores decidieron deshacerse de ella, la dejaron en la puerta del sanatorio de niños de Rosario con una carta escrita a máquina: “Me llamo Victoria. Mis padres no me pueden cuidar. Que Dios los ayude. Gracias”. Marcelo llevaba exactamente el mismo mensaje pero con su nombre. A él lo abandonaron en Córdoba. Marcelo y María de las Victorias fueron adoptados legalmente. El recuperó su identidad en 1989, ella en 2000: “Me vi en el diario en una foto y dije ‘ésta soy yo’ les conté a mis padres adoptivos y ellos me acompañaron a Abuelas, donde ya habían recibido una denuncia anónima que decía que yo podía ser hija de desaparecidos.Siempre supe que era adoptada pero creía que me habían abandonado”.
Laura, fue apropiada por el ex prefecto Antonio Azic miembro del grupo de tareas de la ESMA, ya se había quedado con otra niña nacida dos años antes en el mismo lugar: Victoria Donda, quien recuperó su identidad en 2004 y hoy es diputada.
Desde hace tiempo las Abuelas sospechaban que Azic era el apropiador de Laura Ruiz. De hecho, el ex prefecto ya fue procesado por ese hecho. En la misma situación están el médico de la marina Carlos Capdevilla, quien asistió el parto de Silvia Dameri en la “Huevera” –que era una sala de torturas– y el represor Oscar Lanzón. El subprefecto Díaz Smith está prófugo. Los sobrevivientes aseguraron que Juan Alemann, quien fue secretario de Hacienda de la dictadura, estuvo en la ESMA para ver a los Ruiz, a quienes vinculaban con un atentado en su contra.
Los ex detenidos desaparecidos Carlos Lordkipanise y Víctor Basterra vieron a los Ruiz en el centro clandestino. Contaron que Silvia “estaba muy panzona, con un embarazo muy avanzado” y a pesar de eso “fue torturada por el propio Azic”. Silvia y sus tres hijos fueron llevados a una quinta que el grupo de tareas de la ESMA alquilaba en General Pacheco. A la mujer le cortaron el proceso de lactancia mediante la aplicación de inyecciones”.El ex prefecto fue el que torturó a Lordkipanise junto con su hijo de apenas 20 días: “Me amenazó: ‘Si no hablás, le reviento la cabeza contra el piso a tu hijo’.le dije que no tenía nada que decir y lo puso en mi pecho, pasó corriente eléctrica”. “La verdad tarde o temprano sale a la luz. Los tres hermanos recuperaron su identidad y juntos podrán reconstruir la historia familiar que el terrorismo de Estado les quiso robar”, señalaron las Abuelas en un comunicado.

1 comentario:

Eristarco (Ricardo Garavito) dijo...

Llego por casualidad, o le llamo casualidad a lo que no comprendo y cuando llego comprendo lo demás.
Me es imposible no pensar en un Estado filicida que cada tanto dice otra vez pierde el punto y otra vez gana la banca. Me es imposible no crisparme ante tanta injusticia y me es imposible no sentir un hondo dolor ante cada hallazgo que revele el horrible y planificado rostro del sistema.
Miles de sentimientos, unas pocas certezas me reducen a un argentino tratando de decirle a otro que siento gran pequeñez e impotencia, sòlo el año pasado màs de 600 mujeres fueron secuestradas en argentina por redes de prostituciòn y con la complicidad de instituciones estigmatizadas y verdaderamente cooptadas por seres monstruosos. Las herencias y dogmas que la horrenda y repugnante derecha argentina han legado atraviesa el país manchando de sangre todo.
Un profundo y hermano abrazo a vos y los tuyos de un don nadie muy pequeño. Demás esta que te diga lo valioso y admirable que me parece lo que hacen muchas personas como vos.