Hilda Flora Palacios
(Foto enterramientos clandestinos cementerio de San Vicente)
En la edición de 19 de diciembre de 1977 del diario Córdoba figura una noticia titulada "Subversivos abatidos" donde se relata que: "...los subversivos viajaban en un Torino, sin chapa patente, que abrió fuego contra los integrantes de la patrulla de las fuerzas de seguridad en la intersección de Sagrada Flia. y Ejército Argentino el jueves por la noche del día 15/12/77.
Se originó un tiroteo que epilogó con el abatimiento de los sediciosos, tres hombres y una mujer". Esta fue la “verdad” que publicaban los genocidas y sus cómplices durante el terrorismo de estado. Sin embargo, LA VERDAD ES OTRA!!!!!!.
En la mañana del 6 de noviembre del 77 Hilda junto a su pareja, Humberto Horacio Brandalisis, y sus dos hijas, Valeria y Soledad, salen de su domicilio del barrio Pilar para pasar el día en la casa del matrimonio Olmos-Juncos, en barrio José Ignacio Díaz 1º de cordoba, a poco de abandonar la casa de los Olmos, fue secuestrado por miembros del Grupo de Operaciones Especiales del Destacamento 141 “Gral. Iribarren”.
Pasada la hora del almuerzo Hilda comienza a inquietarse ante la demora de Brandalisis. A la noche Víctor Olmos con su esposa Irma Juncos y sus tres niños, deciden llevar en su propio auto a Hilda y sus hijas hasta su domicilio de calle Chivilcoy. El mismo grupo de tareas que horas antes había secuestrado a Brandalisis se encontraba dentro del domicilio de Hilda aguardando su regreso. Agentes uniformados y de civil fuertemente armados interceptan el coche que conducía Víctor Olmos cuando llegan.
En ese escenario de terror, frente a los gritos y amenazas del personal militar y civil y el asombro de las víctimas y otros vecinos, Hilda es arrastrada hacia el interior de su casa donde la interrogan al mismo tiempo que el matrimonio Olmos es sacado violentamente de su vehículo. Los 5 niños presentes quedan llorando aterrorizados en el interior del auto. (Como dijimos, dos de esas niñas, Valeria y Soledad hijas de Hilda, son quienes junto a HIJOS impulsan la querella). Posteriormente, (ya secuestrados y privados ilegítimamente de su libertad) sacan a Hilda y la introducen en uno de los vehículos que participaba del operativo. A Víctor Olmos lo obligan a conducir su propio auto en compañía de su familia. Irma Juncos queda junto a los cinco niños en el asiento trasero del coche.
El uniformado le ordenó dirigirse a la casa de sus suegros, en donde fueron dejados los cinco niños. Detrás de ellos estaban los otros vehículos del operativo, en uno de los cuales era trasladada Hilda.
Luego de dejar a los niños, meten encapuchados a Víctor Olmos e Irma Ofelia Juncos en la parte trasera de su auto donde son obligados a tirarse al piso. Desde allí son llevados al centro clandestino de detención (CCDyE) “La Perla” donde permanecieron hasta el 15/12/77, cuando son asesinados en lo que los genocidas llamaban “Operativo Ventilador” método que consistía en sacar los prisioneros vivos, fusilarlos y posteriormente arrojarlos simulando un enfrentamiento en la vía pública.
Hilda ingresó a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de Córdoba el 15/12/77, su acta de defunción dice que muere como consecuencia de “shock hemorrágico traumático causado por heridas de bala”. Sus restos fueron inhumados clandestinamente el 3/08/78 en la fosa individual B 326 sector nuevo del Cementerio San Vicente. Su cuerpo fue exhumado e identificado por el EAAF en el marco de la causa “Enterramientos Clandestinos” El enterramiento clandestino de cuerpos fue uno de los mecanismos utilizados por los militares para ocultar la evidencia más contundente de sus aberrantes delitos,y pudo ser entregado a la familia el 11/11/04, 27 años después de su secuestro.
El secuestro, desaparición, torturas y asesinato de estos cuatro compañeros formó parte de un mismo operativo llevado adelante por el grupo de operaciones especiales del Destacamento de Inteligencia 141 “Gral. Iribarren” que actuaba en “La Perla”. Palacios, Brandalisis, Lajas y Cardozo, que militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, fueron secuestrados con pocas horas de diferencia, permanecieron en el mismo Centro Clandestino, los fusilaron juntos, tienen la misma fecha de ingreso a la morgue judicial procedentes del Hospital Militar y luego fueron enterrados clandestinamente en el Cementerio de San Vicente de la ciudad de Córdoba.
Hasta el momento sólo pudimos recuperar el cuerpo de Hilda Flora Palacios gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Todos los hechos narrados se encuentran debidamente acreditados con pruebas testimoniales, informativas y documentales.
Presentamos la nómina de represores acusados en esta causa.
Menéndez Luciano Benjamín-Manzanelli Luis Alberto-Díaz Carlos Alberto-Padován Oreste Valentín-Lardone Ricardo Alberto Ramón-Rodríguez Hermes Oscar-Acosta Jorge Exequiel-Vega Carlos Alberto-Centeno Arturo Gumersindo(fallecido)-Lujan Ricardo Andrés(fallecido)
1 comentario:
Escribiendo sobre la historia de la desaparición de Rubén Castro, me encontré con la de Hilda Palacios, la mujer que "salvó" a Martín, el hijo de Rubén.
Enlacé este escrito sobre Hilda Palacios con mi historia sobre Rubén.
Rubén era gallego, (ojo, gallego de Galicia-España), del mismo pueblo donde yo vivo. Estas semanas he estado buscando datos sobre personas vecinos de mi comarca: A Ulloa que desaparecieron ahí en la dictadura.
Junto con Rubén, otros tres vecinos más de A Ulloa forman la triste lista.
Puedes leerlo en los enlaces:
Desaparecidos na Arxentina:O caso de Rubén Castro
Desaparecidos na Arxentina:O caso de Ramón García Ulloa e Dolores Del Pilar Iglesias
Aún me falta un caso, el de Manuel Gómez Aguirre, pero pronto publicaré su historia
Saludos desde A Ulloa-Galicia-España
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